Negar lo que somos mientras ocurre nuestra metamorfosis es negarnos en el tiempo. Pero
olvídalo y empecemos desde el principio: sólo con el lenguaje como carga; que ya es muy pesada.
Ensayo Sobre La Escritura
La historia que atraviesa este ensayo es la de una poeta que le escribía versos a
nadie. Esta poetisa siempre supo el desenlace: que negada, permanecería; sola, versándole a nadie. Si diluviaba, que se inundase; que quedase destruido aquello que se interpusiera
en su camino. Si estaba maldita, sería una maldición asignada, no suya.
Nota.- Es un texto complejo y enorme; y esto es solo la primera parte. También es una continuación de "Sobre El Paso del Tiempo". La idea es perderse durante su lectura y dentro de sus pinturas, porque el significado está extrañamente entrelazado a nuestra percepción conjunta de ellas. Y es necesario perderse.
Nota 2.- Pienso y creo en cada párrafo escrito, no es un texto inconexo, quizá sí que es muy denso y sea una selva para ser explorada, incluso por mí. Y está inspirado por varias teorías que he leído en otras selvas.
¿Cómo hacer que una lengua muera?
Hoy—por diciembre de 2024—iba a retomar los lápices después de dos meses de abandono; entonces decidí ir a por tabaco—soy así de distraído y sé que no es culpa mía—. Durante el trayecto pensé sobre las lenguas muertas y cómo éstas se tornarían en su
olvido; en su propia muerte. Ya había anochecido y la luna se asomaba radiante sobre el zénit, teniendo que
esforzarme para mirarla, reparando, no sé por y para qué, en que faltaba menos para la siguiente luna llena. De
inmediato, recordé una carta mía con pretensiones románticas escrita hará unos meses; allá, la luna era un símbolo
en el que un amante sugería a su amada que, si la miraba, si tan solo lo hubiera hecho, él sabría que ella le estaba
pensando.
Los meses transcurrieron y cada mes la mencionaba, a la luna, tonto de mí,
percatándome de que era una carta kafkiana periódica que sucedería durante miles de años, sólo que sin dos,
la mitad
del mensaje se perdería periódicamente ad aeternum en una comunicación que no fue recíproca. En la siguiente
superluna, volví a invocarla, llegando a creer que «la escritura se replica a sí misma porque es eco del mensaje y
que, quizá—digo quizá porque esto todavía está en desarrollo—, cuando las lunas llenas se suceden en el tiempo, el
autor se vuelve foráneo tras adquirir la capacidad de observar su propio pasado: su olvido».
Al recordar la carta y darle otra interpretación, ésta y la carta me acompañarán a mí;
pero no, no es así como muere una lengua: muere cuando la luna permanece y su símbolo muta o se olvida; o expresado
en su híbrido: muta en su olvido.
Fue después—importante el después—cuando el autor decidió modificar su obra, y sin cambiar o añadir una sola letra, mutó. Y ella
se asomó a la luna, apropiándose del significado de sus cartas.
Esta acuarela ya no existe, su cometido fue arder
Así que, ¿qué son los símbolos? O, ¿qué son las palabras? Y, ¿cómo creamos el
significado?
Símbolos
Si aplico un lema—la escritura—a sí mismo, comenzaré a crear nuevos caminos que
describan la traza de lo que aún no está escrito. Es decir, de la escritura como autoensayo;
si el camino se hiciera andando,
yo ya me estaría
alejando
para poder
escribirlo.
Si llueve; llueve
—y diluvia
su símbolo.
Poema.- Lluvia de significado.
If the journey were made
by walking,
I’d already be
walking away
to write it down.
If it rains; it rains
—and its symbol
is pouring down
Poem.- Rain of meaning
La Palabra, el Símbolo y su Viaje
Las palabras no se desvanecen, sino que laten sobre el tiempo. Se enfrentan a la
contingencia del pasado y de su futuro como palabra, donde permanecerán rellenas de vida. Pueden ser estáticas en su
pasado y, sin embargo, revivirán sobre y cada vez en el tiempo—con flecha temporal hacia adelante—, siendo la vida de
lo que
estuviera muerto—estático. Las historias que laten sobre el tiempo, y no bajo el sol, no pueden regresar a él sin
dejar de latir. Es como decir que lo escrito no tiene regreso, que nunca lo tendrá, pero que puede seguir siendo, dejando abierto su posible regreso durante su relectura.
Desde nuestra perspectiva, es durante la transfiguración del trayecto donde creamos el
significado. El camino, su composición; en un sin-destino que se reescribe sobre otros trayectos. Es nuestra deseo de...
“Querer crear un puente, inventar sus partes, y sostenerlo para que puedas cruzar los pilares de tu infierno para encontrarte a ti misma.
Eso son las palabras.
—Atraviésame—te diría el puente después. E
inventarías mil razones para rodearlo y rodearte, porque lo que hay al otro lado eres tú.
—Atreviérame—contestarías— si yo estuviera también
allá, porque es la lengua la que emula a las palabras.”
Diálogo .- Palabras
Necesitamos más que palabras para imaginar un paisaje, pero cuando lo tienes, puedes
lanzar palabras sobre él. El tiempo es el posterior donde perdura su anterior. Y también otra palabra más lanzada sobre nuestro
horizonte. El que algo «tenga sentido» es una representación muy humana, porque todo está tejido en aquel paisaje, incluso
lo que no lo está o no tiene sentido.
Con la semántica definimos nuevas abstracciones y mediante la abstracción definimos
nuevas semánticas, sin límite en su recursión, donde tejeremos capa sobre capa; «realidad» sobre «realidad»,
pudiendo ser de naturalezas distintas pero sobre las que se puede componer y que se pueden entremezclar—¿y no es esto lo
que ya estoy haciendo?
Además, desde este marco podemos preguntarnos dónde emergen las posibilidades. Digamos
que sí, empecemos con el no.
“Sea un beso, también lo que es y lo que no es:
eso son dos palabras. La única manera de demostrarlo es dándolo, mientras que todo lo demás es su abstracción o
semántica de lo que imaginamos, sin necesidad de demostrarlo, siendo, también sus no-palabras, no necesariamente reales, pero posibles.”
Parábola.- El no
Así que sigamos este viaje de transfiguración de símbolos.
roza témperas del cielo
gotas sobre pintura
de la lluvia
florece
fuego
Poema.- Conflagración
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brushes temperas from the sky
drops over painting
from rain
fire
blossoms
Poem.- Conflagration
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La Pausa
Escribir sobre el tiempo implica también nuestra interpretación de la pausa. Sin embargo, el tiempo nunca se
detiene, carece de pausa, pero ésta existe—¿qué sentido tiene?
Transformando el tiempo
en
no-tiempo;
en su magnánima
resistencia:
su pausa; su historia.
Un reloj de arena,
ausente
de ella, [arena]
perdería su función
sin que tiemble su significación.
Poema.- Siempre y Nunca
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Transforming time
into
non-time;
in its magnanimous resistance:
its pause; its story.
An
sandglass,
absent of it, [sand]
would lose its function
without trembling its meaning.
Poem.- Always and Never
|
La Historia (ἱστορία)
Hay historias que deben ser escritas sobre el tiempo antes de encontrarse con su
colisión, propia o externa. Sólo entonces serán ruinas o pilares. Lo anterior está escrito en presente, pero en
clave futura. El que escribe lo que piensa, siente o razona crea la posibilidad de estudiarse a sí mismo. El que
crea, se desarrolla y se autoescribe, porque está «inventando» su historia.
Tenemos que vivir una parte de la misma para luego alejarnos de ella, que
reinterpretaremos sobre otro tiempo, distinto del que la hemos experimentado. Solo entonces comenzaremos a
construirla o narrarla. Es como si hubiera que vivir dos historias—la anterior y la siguiente—para componerlas.
Tampoco pretendo buscarle una explicación, porque es algo que parece un síntoma del acto de escribir. Y, sí, al escribir este texto, lo hago navegando ya la siguiente historia.
Observa; mientras escribimos, ya estaríamos explorando futuras decisiones: la Posibilidad.
Cuando algo nuevo emerge, el acto de imaginar su futura historia va desentrelazando sus posibles contingencias.
Somos mientras seremos nuestro futuro contendiente. De ahí a que las historias pasadas nos terminen mirando a los ojos, porque previamente fuimos extranjeros visitándolas. Es nuestro interés el que nos aleja de nuestras costumbres y el que nos acerca a conocer nuevos mundos: a más interés, más
lejos del hogar y más extranjeros. Y si la escritura fuera la extranjera que visita otras costumbres; y si en su relectura—sólo
posible para quién escribe y se lee—nos encontramos visitando historias con nuevas percepciones; entonces podría ser que
siempre fuéramos extranjeros mientras no describiésemos lo que apenas rozamos cuando todavía lo desconocemos.
“Estaban allí, los poetas, versando sobre amor, sobre besos y sobre ternura cuando supo que era una extranjera; y cuando ellos la vieron, se sintieron extranjeros”
Introducción I, La Poetisa Indómita
Definicion de Historia: es aquello que contiene la propiedad de transformar—o capturar
si su flecha del tiempo apunta hacia atrás, aunque transforme hacia delante—. Ese algo contiene propiedades que
también nos pertenecen. Nunca es como acaba su historia, sino como la continua. Y más interesante: con quién decide
compartirla o fusionarse durante su (re)composición, local—en su espacio— o temporal.
“¿Cómo saber si una historia es gravitacional?
Colocándote en su centro, su corazón(núcleo de frío, calor, vida y muerte) y detonarlo; ahora sus partes serán
atraídas desde su pasado hasta su próximo centro; con sus N partes y con sus M centros gravitatorios. Y tan
sólo después, después de su después, caerán hacia ellos.”
Prólogo, La Poetisa Indómita
¿Qué ocurre u ocurrirá si matásemos su tiempo? Es una gran pregunta, pregunta que puede ser escrita. Aunque miento, es qué ocurriría con ella. Así que, sea una poeta; ésta es y será su historia: la del cielo de una estrella.
“Esta soy yo, la que se mueve por el medio, en
el medio y dentro de él; desconociéndome. Soy poesía de nadie y no me ves porque no (te) pertenezco. Vuelo,
quiero, y no soy mirlo, sino mujer que inventa éste paisaje en el que me dejo caer para sobrevolarlo. Y me
elevo sobre ti. Sonriendo y deshaciendo el tiempo en trozos que se desvanecerán tras de mí: en éste ‘aquí donde nunca me encuentro’ y en el que tú tampoco estás”
Introducción II, La Poetisa Indómita
Aquello que adquiere la capacidad de replicarse puede prescindir del tiempo—su tiempo—
porque ya se despliega sobre él. Ambos se mimetizarían. Quizá haya dos Tiempos: aquel en el que nos replicamos y
aquel sobre el que componemos. Quizá siempre haya dos historias, con la última en movimiento, donde todos sus
capítulos venideros estarían en blanco; con sus epígrafes—y contenidos— eventualmente, reescribibles o desechables.
Una obra se escribe y no se conquista, salvo en su instante final, donde la sueltas y
deja de pertenecerte. La historia de nuestra poeta es el desenlace de «destruir una historia hasta bailar sobre
ella», es cortar su hilo para dejarlo caer—o dejarse caer dentro de él—. Al final del trayecto estará sola, danzando
como nadie, como ella.
La Meta-Historia
Imagina un destino que se despliega desde el futuro hacia nuestro instante, como si el
futuro estuviera escribiéndole al presente—o escribiéndose sobre él. La pluma y su tinta son el puente que
atraparían ese eco. Cada palabra se rebelaría y se revelaría contra el sentido del tiempo; siendo el futuro quién la
reclamará como su propia historia, sin olvidar que es nuestra memoria.
Nosotros somos arquitectos y testimonios del futuro; somos tiempo —presente— sobre otro
tiempo—futuro— porque somos tinta y puente entre dos tiempos.
—Historia sobre historia yo construyo mi
futuro—diría su meta-historia.
—Una buena historia tiene alma—diría el
meta-narrador—o N almas, y es un infierno pretender dominar cada una de sus N-1 malditas artes.
—Solo una
historia que se ha vivido puede revertir su tiempo. Debe ser vivida y debe tener N+1 almas; meta-narrador.
Diálogo.- El metaverso de una historia
Descomponer la memoria de una historia(historia de una historia) te puede llevar a un
origen de múltiples historias iniciales. Recomponerlas también. Y llegar a las mismas conclusiones desde distintas
‘historias’ en la misma época es la definición de ser contemporáneo. Y esto tampoco lo tengo claro. Pero escrito
queda, por si acaso.
Si fuésemos capaces de escribir el legado antes de que lo nuevo empezara a ser una
propiedad emergente, y propia, no sería legado; más bien es lo viejo, sobreviviendo, aplazando su inevitabilidad,
pero reescribiéndose mientras se auto mejora y corrige. Son dos—o múltiples— historias en movimiento.
“Poca poesía habrán visto tus ojos cuando sólo hablas una emoción; poeta”
Introducción III, La Poetisa Indómita
PS. Parte II in the making