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Cartas a una (des)conocida

Contexto

A principios de Enero estuve leyendo las Cartas de Kafka a Milena (Jesenská), en el que se percibe a un Kafka frágil e inseguro. El horror hecho texto. En 1920 Kafka no tenía la dimensión que hoy tiene y aquellas cartas nunca fueron manuscritas para ser públicas. La recopilación de cartas carece de la correspondencia de Milena, permaneciendo sólo las cartas de Kafka, sin embargo, no deja de ser curioso el efecto de leer la correspondencia de un lado y la ausencia del otro; siendo el accidental lector el que presupone los intercambios de Milena.

Creo que explorar el formato carta resalta la primera persona, algo que aprendí leyendo a Annie Ernaux, convenciéndome de que, para ser fiel a una emoción, hay que mirar directamente a nuestro Yo y no a través del otro. Ah, y éste escritor, yo, no es Kakfa y prefiere explorar, que no explotar, cada vía de una historia.

Carta #1 

Querida protagonista:

Si dejas de verme aparecer por aquella céntrica plaza en la que solíamos reunirnos, desde hará ya casi diez años, en tus mañanas que fueron, si bien, mis tardes, estuviera nublado o no, tú ausente o insoportable, pero tú en esencia; comprenderás que tomé esta decisión porque ya no sé. Te debo una historia, te debo un lienzo y unas disculpas por haber firmado esta derrota y dejarla manuscrita.

Siempre que asomabas entre transeúntes, con ese andar trepidante y convencido, creía verte sonreír, sólo que en largas distancias, si algo es, es interpretación y suposición, que es a lo que me conformé. Aquellas (prometidas) interminables conversaciones que nunca tuvimos, por tus prisas, por habernos creído que siempre habría un nuevo amanecer, esperándonos, y porque esta frase (sin ti) no tiene sentido cuando, ya entonces, te estaba añorando, no sé, ingenuo de mí, tengo que inventarme cien mil excusas para decir que no habrá más, que ayer fue la última puesta de sol dónde supe que tus pasos y tu despedida serían los últimos, que ya dejaría de soñar haberte conocido. Ayer abriste el paragüas, me miraste y me dijiste «nunca hay dos días iguales», ni dos museos como tú—nunca te dije. Y desapareciste taconeando, alegre, entre el inaguantable ruido de la plaza.

No lo entenderás; como yo tampoco lo hice. Elegimos, nos equivocamos y tan sólo un cobarde se arrepiente. El valiente sigue caminando con tu determinación y sabe confrontar su destrucción antes de que sea demasiado tarde: por eso esta carta nunca te la daré en persona, porque tu buzón es el sello dónde no escapará mi arrepentimiento. 

Me toca ser el valiente.

Aténtamente, _______.

Carta #2

Querida protagonista:

Ayer los cielos de España amanecieron rojos y encapotados. Llovió polvo del desierto de África(llamado calima) y dejó toda la ciudad como si dos niños hubieran jugado en los charcos del colegio regresando a su hogar con las botas incrustadas en barro. Menos mal que no tengo hijos y el desastre le tocará limpiarlo a otro, porque la ciudad es de todos, ¿no?

En la última carta me prometí no regresar a la plaza dónde solíamos reunirnos. Y cumplí. Pero regresé para ofrecerte la posibilidad de ser la modelo de aquella historia, de ser mi próximo lienzo, y no te vi desearlo. No me extraña, fue una situación demasiado violenta, con ultimatum incluido. Yo tampoco habría querido... Y aunque siga regresando a nuestra plaza, ya sólo lo hago para comprar el periódico y tabaco para los próximos días. Lo reconozco: te sigo viendo tan guapa como el primer día, aunque con distancia de seguridad.

¿Sabes cuál es el sentido de esta segunda carta? Comenzar una saga para dejar constancia. ¿Qué dirán los futuros fans de la historia si no hay un camino de migas que puedan seguir hasta shippearnos? Porque la historia sigue. Y porque eres la protagonista, querida. 

Aténtamente, _______ 

P.S. Mis fans actuales no te quieren, pero saben que amo el violín.

Carta #3

Querida protagonista:

La ciudad está increíble. No tiene que gustarte la Feria para simpatizar con el ambiente que se respira. Y sí, lo reconozco, es envidiable y por eso tiene fama mundial.

(Aunque tú estés muy, muy, lejos de aquí en una ciudad que poco tiene que ver con ésta)

Durante una semana las mujeres se ponen vestidos de flamenca, de colores muy vivos, y algunos con un corte bastante atrevido que deberían estar prohibidos(no, no, esto es mentira), y ellas se recogen el pelo con una enorme peineta que acompañan con flores primaverales. Nunca he sabido si el abanico forma parte del conjunto o si es por el calor del sur de España, pero hace a las mujeres todavía más coquetas—yes!— Aquí se viene a bailar, a cantar y a emborracharse, claro. Personalmente no me atrae el flamenco, en concreto su música, aunque el baile tiene características que lo hacen atractivo de ver: ellas se elevan los volantes del vestido mientras taconean y giran sobre el suelo, y cuando liberan las manos del vestido, las alzan para realizar gesto característico del flamenco—¡olé!—La puesta en escena es pura emoción, eso tampoco lo puedo negar, además de considerarse un arte con tradiciones folclóricas. Hace unas semanas los Houthies publicaron una canción y eran como que muy flamencos—apreciación mía—pero no sé, porque ya no sé que pensar sobre nada. 

(Te encantaría la fiesta, aunque seas más de bailar un tango indirecto o de esconder tu mirada tras un abanico, ya que de moda y seducción creo que entiendes bastante. Y de juegos, también)

La ciudad es grande, vale, no es Madrid, pero Sevilla es lo suficientemente extensa, y no importa que estés en las antípodas de la Feria, que ves flamencas por todos sus rincones, yendo o viniendo, quizá camino a la Feria o al supermercado, porque el ambiente que se respira en la ciudad justifica lo injustificable. Hay carruajes de caballos circulando entre los coches y excrementando allí, claro, dónde si no, y es so awesome. Muy loco todo. También vienen muchos turistas, aunque con aspiraciones más etílicas que artísticas. Aquí, en esta ciudad de pasiones, si no respetas sus costumbres puedes acabar como las brujas del medievo, carbonizadas en la céntrica plaza, que es lo que le pasó a Dan Brown con su primera novela, Digital Fortress, de 1998, dónde algunas escenas transcurrían en Sevilla y no gustaron ciertas descripciones(sufrío la cancelación 'woke' allá por el 2005, supongo que gracias a las nuevas redes sociales, que no existían al comienzo de los 2000). Eso también lo reconozco: ni yo me atrevo a criticar la ciudad por miedo a.

P.S. Otra carta más enviada al limbo de las vías literarias por explorar. Pero para ti, guapa.

Carta #4

Querida protagonista:

Ayer, durante el último cigarro del día, estuve observando la luna llena y pensé que «es una idea bastante romántica que dos amantes la miren cuando están separados en la distancia»; sí, pero hay cientos de puntos de referencia en nuestra galaxia y no conozco amantes que queden para mirar directamente al sol o a las estrellas Alfa Centauri, no sé, el primero por razones obvias, aunque te invitaría al plan; no al segundo porque pocas personas saben situar cuerpos celestes en el cielo. 

Hoy, paseando, una madre bastante guapa y atractiva me atravesó con sus enormes ojos azules. Con la primavera, los mediterráneos se desvergüenzan demasiado; los gatos también y los oigo por las noches gimiendo, yes. Ya regresando de la mirada de ésta madre y recuperándome, pensé «si miramos a la luna, lo que vemos es un reflejo de luz», y ¿sabes? Si viajásemos a su velocidad, todo a nuestro alrededor ocurriría en el mismo instante. Así, en idioma judeo-cristiano: para compartir un mismo instante deberíamos ser luz, porque el resto ya tiene sus tiempos particulares. Y es muy poético, ¿no crees? Además de física.

Si miramos hoy a la luna podría ponerme bohemio, escribirte un poema o decirle a la vecina que me deje tranquilo, que estoy coexistiendo contigo, que sin importar el delay relativista, podríamos inventar un verbo, o llamarlo nuestro-instante, y echarnos a correr sin ser vistos antes de estropear la imprudencia. 

Pero sé que no lo harás, que los poemas se perderán y terminaré el último cigarro creyendo que el destino no existe y que el Assortative Mating es sólo para quienes no necesitan compartir la luna para fingir que son un instante.

Hasta pronto.

P.S. Te dejo una bonita canción de Lana del Rey


Carta #5

Querida protagonista:

Ayer, viernes, y tras un evento aleatorio, puedo decir que casi muero. Serían las tres de la tarde; pues bien, estaba con el ordenador portátil trabajando en el césped cuando decidí posponer al lunes la complejidad de la siguiente tarea. Bajé la tapa del portátil, pensé en ti (quizá) y fui al baño (pero no para lo que crees, o sí, depende de que pienses que puede ocurrir durante dos minutos). Luego regresé fuera con el objetivo de recoger el despacho improvisado bajo el sol, sin embargo, me encontré con una escena que requería de un buen análisis forense: el techo del parasol estaba destruido sobre la mesa y, más asombroso, el palo grueso que le sirve de sostén ¡estaba doblado! Es imposible que el viento del sur de España sea tan destructivo.

No venía a escribirte sobre mi conclusión forense, sino sobre química y atracción, aunque si te interesa, fue porque el tornillo del eje de la zona alta del parasol se salió, cayó sobre la mesa y la piedra que tiene como base, que pesará +30kg, con el efecto palanca, cayó del límite del escalón en la que estaba. De ahí tanta destrucción. La vida es más compleja que una simulación de riesgos, creo.

Después ocurrió mi tarde-noche de viernes: salí, creo que pensé en ti, y regresé antes de las doce. Volví con ganas de ver un buen baile(no puedo embeberte el video en ésta carta por políticas y licencias de Youtube pero merece la pena verlo). Lo primero que pensé fue «es absolutamente imposible que una pareja de baile tan sincronizada, con tanta química, tan atrevida y tan alegre mantenga el baile en lo estrictamente profesional sin acabar teniendo sexo o cayendo enamorados». Me encantó tanto, tanto la pareja Derek Hough & Hayley Erbert, que busqué más videos para verlos en la pantalla grande. No puedo definir mejor la química que viéndolos bailar. Sólo he necesitado un baile para declararme fan (algo que te desarrollaré luego).

La química es letal.

Tras un rato de visionado, descubrí que son pareja formal, ya casados, y encontré un video de ellos hablando sobre su primer beso, que emergió en un escenario tras una rumba. Derek, estando de gira, decidió que quería bailar una, sólo que no quería hacerlo con sus dos bailarinas habituales, sino con Hayley. Y el manager contactó con ella la noche antes. Hayley nunca había bailado una rumba, pero supo instruirse en Internet. Ya en el escenario, la bailaron y en los últimos compases se oyó a la primera fila chillar "Bésala, bésala, ¡BESALA!". Nada es casual. Cuando Derek eligió a Hayley, la escogió porque ya estaba enamorado. "¡BESALA!", y la besó. Así fue su primer beso.

Aquí el video dónde recrean la rumba del beso que les hizo fall in love:


Hay gente que se hace fan del pre-romance, romance y post-romance de una pareja(los shippea en lenguaje moderno). Nunca había entendido el fenómeno hasta ahora. Cuando la química de dos personas traspasa el espectáculo, acabas como la primera fila, vociferando "Bésala, bésala, ¡BESALA!". Y es muy bonito, aysh.

En la adolescencia sufrí algo similar con una amiga. Llevaba semanas oyendo el rumor de que yo le gustaba a ella. La chica era muy guapa, alta y con figura de modelo, algo que me daba exactamente igual porque le faltaba sangre en las venas. Mi prototipo siempre han sido mujeres más gamberras e irreverentes. Pero en aquella época era muy educado e, ingenuo de mí, me pareció irrespetuoso decirle a mis amigos que "no me gustaba". No quería romperle el corazón a nadie. Un día de lluvia, estando ambos con nuestro grupo de amigos/as, resguardados bajo un techo cualquiera, algo siniestro empezó a ebullir en la atmósfera. En cuestión de segundos estábamos, ella y yo, rodeados por un círculo de veinte amigos gritando "Bésala, bésala, ¡BESALA!", y no me quedó más remedio que ser su novio durante unos meses.

Ah, sobre los fans, que es el colofón de ésta quinta carta y la esencia de la saga. Cada nueva carta es una cuenta atrás: es la primera fila haciendo cola para entrar al concierto sin saber que acabarán gritando "¡BESALA!" a dos personas que lo único que hacen es bailar. Pero es una cuenta atrás anacrónica, un oxímoron que es mejor no comprender... por ahora.

Hasta pronto, guapa.

Carta #6

Querida protagonista:

Siento que estoy incumpliendo todas las promesas que me hice, quizá porque contigo siempre pierdo el control más de lo deseable. Mira, te lo confieso: tengo debilidad por retroalimentar aquello que no debería, como seguir provocándote cuando ya no sé ni por qué lo hago. 

Tampoco es tan grave, esto es sólo una inocente correspondencia de cartas; también te digo que respeto tanto tu privacidad como tu intimidad, por eso sólo publico mi lado(en este ejercicio literario) en el que tus cartas serán perdidas y las mías publicitadas. En ese sentido puedes estar tranquila.

La siguiente historia creo que te interesará. Sería 2009 cuando terminé la carrera de Ingeniería y empecé a trabajar en el CSIC(Consejo Superior de Investigaciones Científicas). Allí leí cientos de papers académicos sobre Wireless Sensor Networks y algunos sobre Neural Networks; lo importante fue que aprendí como funciona la ciencia, que no es que sea muy complicado, aunque tienes que perderle el respeto. Lo otro que aprendí fue sobre mí, eso sí, es algo que ya sabía [resto del texto omitido].

He desechado esta parte de la carta porque como decimos en España: no doy puntada sin hilo, que viene a ser actuar de manera calculada y sabiendo muy bien qué se dice y para qué. Dejémoslo en que soy muy despistado y hoy olvidé que era día festivo y me puse a trabajar, cielos, al menos he adelantado trabajo. Digamos que la extrema curiosidad y la afición por aprender también forma parte del mismo texto omitido. Tampoco es malo decirlo incluso en la omisión: claro que soy hiperactivo, qué demonios.

Volviendo a la carta, o a ti, ayer decidí leer Incerto, de Nassim Nicholas Taleb, porque si voy a escribir una novela de Riesgo Geopolítico más me vale aprender de todas partes, querida polímata. Así que empecé con Antifragile, que es un libro que ya conocía, solo que entonces opté por la versión corta, o lo que es lo mismo: lo que el autor dice pero en formato académico. Esta vez no me es suficiente y he decidido que voy a leer sus libros con detalle(hasta que me aburra, lo normal siendo hiperactivo) porque en la versión extendida caben divagaciones y pensamientos que me serán de mucha utilidad (literariamente hablando, creo).

Como dije, intento no dar puntada sin hilo, pese a que suene vanidoso, y si omito el autor de un aforismo, es porque sé que te aburre y no lo soportas, pero esto es suyo y va sobre la antifragilidad:

You want to be the fire and wish for the wind - NNT

Soy un enamorado de la metáfora del viento, me encanta la aerodinámica y sus efectos teóricos, o su significado en otros campos como el naval: “hemos perdido el viento”, una frase que oí hace unos días en Black Sails cuando un navío militar empezó a ser cazado por los piratas hasta ser abordado. Contigo estoy perdiendo el viento, lo reconozco y, sí, estoy incendiando todo el bosque, pero por ti, sin importarme la fuerza y el sentido del viento, si es huracanado o si viene de Norte o Sur, aunque rezo para que no llueva y la historia avance.

Si por el camino caigo, o caemos, cientos o miles de veces, habremos aprendido a ser más fuertes, nos regeneraremos otras tantas y nos haremos más resistentes al error. Si la historia, nuestra historia, resiste, será para sobrevivir. Sólo entonces soñaré con tenerte entre mis brazos y con acurrucarnos en el sofá, sin importarnos ya las llamas, porque el fuego y el viento seremos sólo tu y yo, y las llamas serán libro y novela.

Hasta pronto, querida. Un besito.

Carta #7

Hola querida.

No entiendo nada.

Estas últimas semanas me he dejado impregnar por la pomposidad de los psicólogos evolucionistas para ver si aprendía algo memorable. Lo que les leo me parece intuitivo y confirmado por mi experiencia personal: el contacto entre un hombre y una mujer es una explosión de matices sensoriales, comportamentales, semánticos o como quieras describir la información que estar, está ahí; información que es innegable, la puedes beber, reutilizarla o interpretarla. Después de todo, en el mundo real, el fuego amigo existe y es mejor salir herido a tiempo, que ileso. La información es arma de guerra.

Nunca me había preocupado por nada de eso. Si dos personas se atraen, se acaban encontrando. Es una cuestión de química y tiempo. Siempre me había ocurrido así. Si ninguna de las dos está obsesionada con el otro y ninguna comete errores críticos... os vais conociendo, empezáis a ser amigos, acumuláis conversaciones, anécdotas, opiniones, roces, respeto e interés mutuo. Un día acabáis en la cama sin más pretensión que la diversión, otro día os podéis malinterpretar y durante el trayecto, si os besáis de amor, fue por el apego que desarrollasteis. 

Lo anterior es uno de los múltiples versionados de un romance clásico entre dos personas adultas. Hay mil versiones, todas dentro un contexto espacio-temporal similar dónde la comunicación verbal y no verbal es interpretable. No tiene sentido ponerme teórico por algo tan básico, o mejor: por algo tan puramente práctico.

Retrocediendo en el tiempo, hace unos siglos no disponíamos de comunicación instántanea vía cable(teléfono, internet, etc). En el siglo XVIII, dos personas podían haber coincidido en una ciudad muy remota, vivir separados por cientos de kilómetros, haber intercambiado direcciones(reales) y mantener contacto mediante correo ordinario, escritas con puño, papel y tinta. Por comparar con el mundo actual, el contexto espacio-temporal de siglos anteriores podía ocurrir en largas distancias con una correspondencia separada por semanas o meses. Si lo piensas, es una situación con altas dosis de incertidumbre: todo lo que sabes de la otra persona es lo que escribe u omite, y tienes semanas para escrutar en profundidad su escrito, cada coma, cada pausa, cada emoción, cada lo-que-quieras-ver-e-interpretar porque es lo único que tienes y a lo que te agarras. Es muy bonito conocer a alguien mediante cartas porque cuando nos expresamos, pensamos muy bien lo que decimos y eso se queda con nosotros en nuestro interior(es un proceso de introspección). En una carta puedes plasmar tus miedos, tus amistades o tus inquietudes y, finalmente, sellarlas para enviarlas. Y un día, quizá, llegará la respuesta. Digo quizá porque supongo que el ghosting también existía. Debía ser muy doloroso, ¿eh? No saber si la otra persona había muerto, había perdido tu dirección, se fue a la guerra o se casó con la vecina del poblado.

Ahora, como ejercicio final, imagina, piensa o simula distintas formas de comunicación. En vez de cartas, podrías subirte a La Torre Eiffel, vestirte de Pikachu y amenazar al mundo con una tormenta eléctrica apocalíptica; sólo entonces, cuando los medios de prensa recogiesen tu locura, mandarías un mensaje de amor con destinataria. Vale, sería la mejor forma de matar un romance, sí, pero lo importante es la idea. De aquí el ejercicio de imaginar/simular distintas vías de comunicación y mí conclusión: dónde haya comunicación e interacción, existe la posibilidad de desarrollar un romance(o lo que creativamente puedas imaginar). O qué demonios, imagínate a ti misma y acabamos el ejemplo antes. Porque no te entiendo.

Puedes complicar tanto como quieras el ejercicio previo, que si dos personas se buscan, si se atraen, encontrarán las excusas que los lleve a estar juntos. Si entre tanta complejidad no puedes utilizar la psicología ni la información contextual, si justo ahora me sincero y hablo en primera persona y te digo: si ya soy incapaz de interpretar ésta correspondencia de cartas(contigo), si ya he muerto varias veces durante ésta espera, si por cada tres cartas enviadas recibo una, si ya no sé nada, si ya, si ya, si ya... ¿qué sentido tiene seguir enviándolas? si ya ni te menciono en ellas, si ya llevo semanas esperando al cartero, si no se si te fuiste a tu guerra o te conformaste con lo que ya tienes. Si ya no sé nada.

PS1. Podíamos haber empezado por ser primero amigos
PS2. Podíamos haber definido las reglas
PS3. Podíamos haber definido qué es espacio, tiempo, comunicación y qué no, y qué tan sólo fue soberbia(tuya, mía o de los dos).
PS4. ¿Ejercicio ¿literario? completado?—es una duda dentro de una duda. La dejo abierta.

Edit, a 4 de Marzo de 2025.- añado el nuevo dibujo de la posterior canción


Bonita canción, también sobre cartas.


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