Hola querida.
No entiendo nada.
[El resto de cartas han sido archivadas, pero se pueden leer todas juntas aquí]
Estas últimas semanas me he dejado impregnar por la pomposidad de los psicólogos evolucionistas para ver si aprendía algo memorable. Lo que les leo me parece intuitivo y confirmado por mi experiencia personal: el contacto entre un hombre y una mujer es una explosión de matices sensoriales, comportamentales, semánticos o como quieras describir la información que estar, está ahí; información que es innegable, la puedes beber, reutilizarla o interpretarla. Después de todo, en el mundo real, el fuego amigo existe y es mejor salir herido a tiempo, que ileso. La información es arma de guerra.
Nunca me había preocupado por nada de eso. Si dos personas se atraen, se acaban encontrando. Es una cuestión de química y tiempo. Siempre me había ocurrido así. Si ninguna de las dos está obsesionada con el otro y ninguna comete errores críticos... os vais conociendo, empezáis a ser amigos, acumuláis conversaciones, anécdotas, opiniones, roces, respeto e interés mutuo. Un día acabáis en la cama sin más pretensión que la diversión, otro día os podéis malinterpretar y durante el trayecto, si os besáis de amor, fue por el apego que desarrollasteis.
Lo anterior es uno de los múltiples versionados de un romance clásico entre dos personas adultas. Hay mil versiones, todas dentro un contexto espacio-temporal similar dónde la comunicación verbal y no verbal es interpretable. No tiene sentido ponerme teórico por algo tan básico, o mejor: por algo tan puramente práctico.
Retrocediendo en el tiempo, hace unos siglos no disponíamos de comunicación instántanea vía cable(teléfono, internet, etc). En el siglo XVIII, dos personas podían haber coincidido en una ciudad muy remota, vivir separados por cientos de kilómetros, haber intercambiado direcciones(reales) y mantener contacto mediante correo ordinario, escritas con puño, papel y tinta. Por comparar con el mundo actual, el contexto espacio-temporal de siglos anteriores podía ocurrir en largas distancias con una correspondencia separada por semanas o meses. Si lo piensas, es una situación con altas dosis de incertidumbre: todo lo que sabes de la otra persona es lo que escribe u omite, y tienes semanas para escrutar en profundidad su escrito, cada coma, cada pausa, cada emoción, cada lo-que-quieras-ver-e-interpretar porque es lo único que tienes y a lo que te agarras. Es muy bonito conocer a alguien mediante cartas porque cuando nos expresamos, pensamos muy bien lo que decimos y eso se queda con nosotros en nuestro interior(es un proceso de introspección). En una carta puedes plasmar tus miedos, tus amistades o tus inquietudes y, finalmente, sellarlas para enviarlas. Y un día, quizá, llegará la respuesta. Digo quizá porque supongo que el ghosting también existía. Debía ser muy doloroso, ¿eh? No saber si la otra persona había muerto, había perdido tu dirección, se fue a la guerra o se casó con la vecina del poblado.
Ahora, como ejercicio final, imagina, piensa o simula distintas formas de comunicación. En vez de cartas, podrías subirte a La Torre Eiffel, vestirte de Pikachu y amenazar al mundo con una tormenta eléctrica apocalíptica; sólo entonces, cuando los medios de prensa recogiesen tu locura, mandarías un mensaje de amor con destinataria. Vale, sería la mejor forma de matar un romance, sí, pero lo importante es la idea. De aquí el ejercicio de imaginar/simular distintas vías de comunicación y mí conclusión: dónde haya comunicación e interacción, existe la posibilidad de desarrollar un romance(o lo que creativamente puedas imaginar). O qué demonios, imagínate a ti misma y acabamos el ejemplo antes. Porque no te entiendo.
Puedes complicar tanto como quieras el ejercicio previo, que si dos personas se buscan, si se atraen, encontrarán las excusas que los lleve a estar juntos. Si entre tanta complejidad no puedes utilizar la psicología ni la información contextual, si justo ahora me sincero y hablo en primera persona y te digo: si ya soy incapaz de interpretar ésta correspondencia de cartas(contigo), si ya he muerto varias veces durante ésta espera, si por cada tres cartas enviadas recibo una, si ya no sé nada, si ya, si ya, si ya... ¿qué sentido tiene seguir enviándolas? si ya ni te menciono en ellas, si ya llevo semanas esperando al cartero, si no se si te fuiste a tu guerra o te conformaste con lo que ya tienes. Si ya no sé nada.
PS1. Podíamos haber empezado por ser primero amigos
PS2. Podíamos haber definido las reglas
PS3. Podíamos haber definido qué es espacio, tiempo, comunicación y qué no, y qué tan sólo fue soberbia(tuya, mía o de los dos).
PS4. ¿Ejercicio ¿literario? completado?—es una duda dentro de una duda. La dejo abierta.
Edit, a 4 de Marzo de 2025.- añado el nuevo dibujo de la posterior canción
Bonita canción, también sobre cartas.