Buscar la dulce helada estrellada luna;
y allí visitar, no su lugar, sino su tiempo:
su indivisibilidad, su insolubilidad;
y allí visitar, no su lugar, sino su tiempo:
su indivisibilidad, su insolubilidad;
la indecibilidad de ésta época ausente
que no sabe quién ni qué es.
Habitar un cristal de tiempo;
queriendo permanecer bajo la luz
de su estructura de cristal
escrita en su tiempo y espacio;
y allí tentar la perpetuidad de su interior
para saberse lengua de horizonte infinito.
Hablarle a un fenómeno
queriendo ser cristal cuántico;
y allí creerse metáfora de un diamante
eterno, periódico e intacto
que sobrevivirá nuestras ruinas,
Habitar un cristal de tiempo;
queriendo permanecer bajo la luz
de su estructura de cristal
escrita en su tiempo y espacio;
y allí tentar la perpetuidad de su interior
para saberse lengua de horizonte infinito.
Hablarle a un fenómeno
queriendo ser cristal cuántico;
y allí creerse metáfora de un diamante
eterno, periódico e intacto
que sobrevivirá nuestras ruinas,
ruinas escritas en runas
ᚨ,
habitantes de la cara eclipsada
de una luna que se siente anacrónica;
dulce, helada y estrellada: buscada; ella.
Nota. No me siento nada cómodo sonando tan cursi, profundo y
trascendente.
habitantes de la cara eclipsada
de una luna que se siente anacrónica;
dulce, helada y estrellada: buscada; ella.
Y, aquí, debajo,
en la Tierra, estrellar sirenas
contra acantilados de cielo rojo
de versos robados del agua—
lluvia fuego de nubes tergiversadas.
ℵ, Noviembre, 2024
[El resto de textos han sido archivados, pero se pueden leer todos juntos aquí]
¿Por qué escribir un poema en 2024 siendo yo mi propio visitante de quién
fui hace una década? Para condensarlo y hacerlo precipitar sobre mi
pasado; que lluevan letras sobre mi lluvia y se impregne el pasado sobre
mi presente, y que la síntesis diluvie toda sobre mí.
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Futurible SEPDT VII |
Empecemos;
por el principio,
que cuando despierte todo seguirá igual;
que, finalmente, conseguí resolver todas las preguntas que tambalearon mi cordura;
que, tal vez, alcancé ya la madurez que me empuje al siguiente paso de este camino de alturas;
que el vértigo no debí tratarlo con antivertiginosos, sino desafiando la altitud;
que marearse al principio forma parte de enfrentar entre sí hechos paradójicos;
y que, confrontar paradojas,no es más que reconciliar la antítesis entre preguntas y respuestas, a priori, antagónicas.
ℵiemand, 26 de Agosto, 2013
Ser un instante
o un transeúnte
de ésta Realidad presente
que no quiere detenerse,
y que con crueldad amenazante,
nos repite que nada o nadie podríamos ser.
Ser un pasaje ya escrito
o puro olvido;
un estado fantasioso
de algo que en un fatal intento,
denominamos pasado.
Quizá un lapso que ya fue (o que ya ha sido).
Ser una página por leer,
un relleno de palabras con un obligado deber:
que escritas han de permanecer;
¡o no! puede que estén atadas a un azar itinerante
Un refugio, futuro o futurible,
extraño y, simultáneamente, fascinante.
Pasado y futuro,
estados contingentes
de nuestro presente.
Esclavos, nosotros,
de un Tiempo, que sin él o sin ellos,
posiblemente, ni existiríamos.
(O quizá, sí).
Esclavos del Tiempo, ℵiemand, 17 de Marzo, 2014
ℵiemand, 27 de Marzo, 2014
Sin café dejo de escribir y es algo que noto;
aquí, viendo la discontinuidad entre escritos;
y allá, entre líneas carentes de sentimiento.
¡Café! ¡Es lo que necesito para huir de este vacío!
(O un/a acompañante de escritos)
Café, ℵiemand, 6 de Abril, 2014
La sinrazón del corazón
¿qué es, sino una traición a la razón?
o tal vez una tradición del corazón
Ambas, diría alguien*, no sin razón.
Una estupidez humana,
que no sé de dónde emana;
con un ciclo como hermana
propio de una toxicómana.
Y tú, me dices—o me gritas—
¡¿qué no puedes más?! Ironía,
por la que éste traidor te intentó avisar:
no te encapriches, sin antes, enamorar.
ℵiemand, 8 de Abril, 2014
“El Lienzo del Pintor
Y cuando creo que estoy apunto de tenerte—o terminarte, me corregí—¡oh no!, cometo un error y debo comenzar de nuevo; volviendo a tener
que intuir e imaginar cada situación de tu vida, y esto es algo que me
obsesiona a la vez que enamora. Dale unas vacaciones a éste pobre
pintor, porque de tanto buscar tu perfección en el lienzo, empieza a
necesitarla como parte del suyo propio:
ℵiemand, 14 de Abril, 2014”
PS. Parte III —posíblemente de IV— in the making
por el principio,
por la nada
o por ti:
dibujando colores con música.
¿Lo sientes?
ℵiemand - Extracto de “Música”, Julio, 2015
En agosto de 2013 escribí mi primera prosa y mi primer poema, éste
último rimado con infinitivos, cómo no, ambos compartiendo cimientos: el
existencialismo, la incertidumbre(ħ), el fuego, las espirales—centro del
caos—, el infinito y la nada; siendo símbolos principales de lo que éste
escritor era por entonces. Aunque podrían sintetizarse con una única
palabra: mi propio “abismo”, que es lo que yo era—o lo que pretendía
ser—en mis inicios.
Vuelve
Y dime que todo fue un mal sueño;que cuando despierte todo seguirá igual;
que, finalmente, conseguí resolver todas las preguntas que tambalearon mi cordura;
que, tal vez, alcancé ya la madurez que me empuje al siguiente paso de este camino de alturas;
que el vértigo no debí tratarlo con antivertiginosos, sino desafiando la altitud;
que marearse al principio forma parte de enfrentar entre sí hechos paradójicos;
y que, confrontar paradojas,no es más que reconciliar la antítesis entre preguntas y respuestas, a priori, antagónicas.
ℵiemand, 26 de Agosto, 2013
ħ
Y las sombras vienen y van.
Cierto es que no oscurece sin antes ser día;
ni hay sentido en buscar luz donde no puede haber.
Pero en un lugar donde nunca va a amanecer
y en el que no es posible luz tener,
sólo rayo una vaga sensación de existir.
De ahogo, pero de paz;
de necesitarte, pero de necesitarme.
Una sensación que sin entender sigo;
que sin comprender sigues,
en un lugar que no te sé situar
para que me puedas encontrar.
Mentí;
y lo hice nada más comenzar:
aquí las sombras no vienen ni van.
Ni calmas mi dolor, ni estás,
¡Ni me sabrás encontrar!
Pero si que amanece en tus días,
y me esperas en soledad,
algo que sin duda lamentarás.
Tras nunca llegar,
te conformas con encontrarnos en un lugar
en el que tú sí que estás,
pero que yo no podré alcanzar.
Cierro los ojos para dibujarte sobre esta oscuridad;
y así recrear un lugar que, sin trascender,
harán de tus emociones algo que podré adivinar,
aunque mal; desquiciándote sin maldad.
Entonces me exiges una solución ya
que al mismísimo infierno voy a buscar.
Tras regresar le prendo fuego a toda mi realidad,
y entre llamas, por primera vez, te puedo mirar;
tocar;
para el calor de tu cuerpo, que arde, sentir.
y así tu realidad, hasta ahora imaginada, transgredir.
Coexistir,
extraña falsa sensación de la que he tenido que desistir.
Siento haber tenido que tu mundo incendiar,
para así demostrar que yo y no tú,
comprende mejor el significado de infinito y de no-existir.
ℵiemand, 28 de Agosto, 2013
La vida es búsqueda; unos la terminan, otros nunca la culminan. El mar
no se recoge a sí ni sobre sí mismo, danza su propio caos y le
sobrevive:
se sobrevive en su reflexión—verbal o no.
Y aquí está empezando a llover.
No siempre la música busca ser base musical de un poema, sino que es
un conjunto audiovisual de una representación; como fue el siguiente
poema, que es el caligrama de una pluma y compañera de un recital de
cinco elementos audiovisuales versionados con violín. Fue tinta roja
porque las sombras del camino—durante mi búsqueda—parecieran dejar
cadáveres tras su paso, nunca mis huellas.
Tinta Roja
Siento,
y lo siento,
que todo deba arder,
en este juego de violines,
instrumento, perfecto, para amantes;
sumergido en notas continuas que recorren el aire
Haciéndolo vibrar en una frecuencia que nos amenaza,
sonido de momento angular, que flirtea coqueteándote.
No elegí ser fuego, y si me quemo, no dudes que es por mí.
Y este triángulo que estoy formando es más que artificial;
siempre lo fue, aunque ahora nos toque retroceder;
ni ir ni venir, y ni que decir tiene esperar, ¡ay, tú!
que menguo en cada línea y no sé que hacer,
no me dijiste que esto acabaría así, no,
y si lo hace es porque quizá lo elegí
tristes versos, que se acaban ya
¿no lo ves? yo sí: fue artificial,
acaba ya, olvida las comas,
y ve preparando el punto,
que anuncié hace mil,
marcando un final,
que ni siento,
ni lo siento
¡disiento!
del fin:
¡Ay!
ℵiemand, 7 de Marzo, 2014
Otras veces el poema niega a la música pero le baila. Cuando lo
escribí pensé en que aquello que escribimos, una vez plasmado,
publicado, editado o impreso, permanecerá escrito e intacto en el
tiempo. Congelado. Pero no siempre, ya que podría ocurrir que deseemos
corregirlo o adaptarlo en un futuro próximo. Hoy decido que permanezca
tal como fue en su versión original y que sea mi forma de honrar el
significado del poema. Tampoco me imaginé nunca leyéndolo diez años
después para comprender su mensaje.
Esclavos del Tiempo
o un transeúnte
de ésta Realidad presente
que no quiere detenerse,
y que con crueldad amenazante,
nos repite que nada o nadie podríamos ser.
Ser un pasaje ya escrito
o puro olvido;
un estado fantasioso
de algo que en un fatal intento,
denominamos pasado.
Quizá un lapso que ya fue (o que ya ha sido).
Ser una página por leer,
un relleno de palabras con un obligado deber:
que escritas han de permanecer;
¡o no! puede que estén atadas a un azar itinerante
Un refugio, futuro o futurible,
extraño y, simultáneamente, fascinante.
Pasado y futuro,
estados contingentes
de nuestro presente.
Esclavos, nosotros,
de un Tiempo, que sin él o sin ellos,
posiblemente, ni existiríamos.
(O quizá, sí).
Esclavos del Tiempo, ℵiemand, 17 de Marzo, 2014
Otras veces el poema grita junto a la música.
Las estrellas no hablan
aunque sí lo hagan por estimulación lumínica.
Años luz, es la distancia que nos separa.
Y hablan en pasado, tal como tú, estrella.
Me elevaste,
siempre separados por lo que en el vacío inabarcaste.
Para luego dejarme caer sobre ti,
¡Wow! ¡Ay de mí!
Me deleito con ello: caigo,
me levantas,
y vuelvo a caer.
Tanta distancia me marea.
Y de un nuevo fogonazo
como de una señal de SOS
me dices que sigues viva;
o, quizá, en estos tiempos que corren: muerta.
¡Oh! Se me olvidó poner la coma en su sitio
algo que años después descubro,
y cuando tu luz me llega surge lo caótico:
que me entendiste mal y vibraste en frecuencia de color rojo.
Siempre serás mi musa,
estrella.
aunque sí lo hagan por estimulación lumínica.
Años luz, es la distancia que nos separa.
Y hablan en pasado, tal como tú, estrella.
Me elevaste,
siempre separados por lo que en el vacío inabarcaste.
Para luego dejarme caer sobre ti,
¡Wow! ¡Ay de mí!
Me deleito con ello: caigo,
me levantas,
y vuelvo a caer.
Tanta distancia me marea.
Y de un nuevo fogonazo
como de una señal de SOS
me dices que sigues viva;
o, quizá, en estos tiempos que corren: muerta.
¡Oh! Se me olvidó poner la coma en su sitio
algo que años después descubro,
y cuando tu luz me llega surge lo caótico:
que me entendiste mal y vibraste en frecuencia de color rojo.
Ha pasado tanto tiempo ya, que mando al carajo las putas prosas, y
escribo rápido y arrejuntado para que te llegue todo en el próximo
mensaje: en este tiempo me acosté con mil mujeres, algunas de ellas
con tatuajes imposibles; y otras, que se tatuaron mi nombre, un
error que les durará hasta la muerte. Pero tú, sigues siendo mi
debilidad. Eso no quita que de aquí a tu respuesta vuelva a probar
(o conquistar) a otras mil mujeres, porque nuestro amor respira en
la eternidad y no en segundos, efímeros, como aquellas mujeres que
te relaté.
Siempre serás mi musa,
estrella.
ℵiemand, 27 de Marzo, 2014
Pasado, presente y futuro de un continente dónde el café fue, es y
será la esencia de mi alma. Y, por lo que veo, mereció un poema—más allá del deseo de una pareja de baile.
Sin café dejo de escribir y es algo que noto;
aquí, viendo la discontinuidad entre escritos;
y allá, entre líneas carentes de sentimiento.
¡Café! ¡Es lo que necesito para huir de este vacío!
(O un/a acompañante de escritos)
Café, ℵiemand, 6 de Abril, 2014
Cuando la magnitud del objeto de inspiración es extraordinaria, es
inevitable que su realidad se asome con violencia para atravesar la
mismísima obra, de principio a fin, expresando su queja:
que cualquier parecido jamás fue coincidencia. Deseas, buscas y
podrías encontrar a tu otra mitad o a tu doppelganger. Es solo
durante la navegación del tiempo dónde las coincidencias podrían
ocurrir, nunca antes—ni entonces todavía para mí.
Pensarse a través del otro es una virtualización; no una transferencia
de tu contexto hacia el otro, sino un híbrido entre tu contexto y una
suposición desde el otro, tu perceptor. Son nuestras ambigüedades
auto-des-hipervirtualizadas. Es suponer lo que piensa el otro a través
de ti.
Bien, si cambias ‘pensarse’ por ‘desearse’, puedes definir un doble
marco de trabajo para un romance pasional. Quizá la estrategia para un
deseo bidireccional esté en convertir tu objeto de deseo—por ejemplo,
la de una poeta— en su objeto de deseo; y viceversa. Y que en su doble
convergencia—la de desearse a través del otro—estuviese la teoría del
romance. Por supuesto, si no hay convergencia, lo que queda es un
romance accidental: otro poema sin destino; monodireccional.
La sinrazón del corazón
¿qué es, sino una traición a la razón?
o tal vez una tradición del corazón
Ambas, diría alguien*, no sin razón.
Una estupidez humana,
que no sé de dónde emana;
con un ciclo como hermana
propio de una toxicómana.
Y tú, me dices—o me gritas—
¡¿qué no puedes más?! Ironía,
por la que éste traidor te intentó avisar:
no te encapriches, sin antes, enamorar.
ℵiemand, 8 de Abril, 2014
* para entender el poema es necesario leer la etimología de
traición, traidor y tradición
No todo son poemas o música, también hubo lugar para híbridos entre
poema, prosa y narratología. Además, es como si mi destino ya
estuviese siendo descrito en mis sueños–la escritura.
“El Lienzo del Pintor
Espérate y déjame describir, con atrevidas palabras, cómo eres tú:
delicada como el haz de pelos del pincel, que, miento si no digo,
tiemblo, al sostener. Me obligaste a sacar mis mejores lienzos
siendo un pobre pintor—de emociones—, para luego postrarme con crueldad ante un alma que pintó y
pintará mejor que yo. Sí, éste loco solitario habla de ti, que, sin
saber empuñar pincel, comenzó, con finísimos trazos color pastel, a
dibujar los detalles de tu alma con parsimonia, sogiego y colores.
Cada día, un paso más cerca de ti y a una pincelada menos de
atraparte en este lienzo, al que me dirijo, sin pausa, en un intento
por plasmar la despistada armonia de tu Ser-Esencia, y que sólo
yo—dijiste tras un acto de sinceridad—puede percibir.
Tranquila, que ya acabo—decía mientras te cansabas de mí—. Para pintar tu frágil sonrisa tuve que comprender las penas que
la surcaron, ancladas alrededor de tu boca en presente y en pasado,
con tanta insistencia como yo al lienzo; ellas, huellas finitas de
piel que hablan por sí solas, a gritos, todo sobre ti:
Tu primera sonrisa,
tu último llanto.
su vida,
la del pintor enamorado.
ℵiemand, 14 de Abril, 2014”
PS. Parte III —posíblemente de IV— in the making