Ir al contenido principal

Sinestesia Musical

Hubo una época en que (él) le ponía música a todo: a su vida, a sus emociones y como no, a lo que escribía. En el caso de sus poemas, era como si cada verso llevase asociado un patrón musical, una especie de doble dimensión, y por doble me refiero a como lo son, en física, el Espacio y el Tiempo; en el que sus ritmos, tanto silábicos como musicales, estarían en una perfecta dualidad sincronizada. Pero para ser sinceros, yo no veía nada de especial en sus poemas, así que supuse que sería como si una mente savant hubiese intentado que las sílabas, el tempo, la escala, o lo que fuera encajasen de alguna forma matemá(t/g)icamente en un único tejido espacio-temporal y que éste además tuviese textura, sabor, color y tono musical. ¡Ah! Que me ahogo. Y yo, simple mortal, tan sólo podría disociarlos para percibir cada rasgo por separado, uno a uno, pero nunca jamás juntos. Él tenía sinestesia musical y yo, para descifrarla, imaginación y letras.

¿Sabes lo que es antidisociativo? —me insistía,  quería que lo comprendiese— Es ver a una pianista persiguiendo el ritmo de una violinista con una precisión absoluta que, a base de pulsaciones, sea capaz de crear una submelodía perfecta que cohesione(aún más) al sonido del instrumento de cuerda que persigue. ¿Sabes? —yo no sabía, eran tiempos en los que no quería comprender nada—Musicalmente es como si coexistiese lo discreto junto a lo continuo, como si por unos instantes la teoría de cuántos de energía de Einstein se volviese música y la pudiese saborear. Ta, tá, ta ♪♫♬ Pero tú, tú sigues sin poder palpar la batalla en la armonía—¡como si yo también tuviese sinestesia!—, que frágil y a punto de romperse por culpa de un delirio de grandeza del piano, acaba, de nuevo, siendo sometida por el violín, formando, sólo entonces, a ella: la melodía perfecta—esgrimió casi a punto de emocionarse—. Una textura delirante con todos sus ingredientes.

Joder.
Hablaba de energía musical.

Cuando lo entendí fue demasiado tarde. Pasaron los años y sus poemas habían dejado de estar públicos, se volvió muy crítico con la simpleza que les suponía y dejó de emocionarse con la música. Creo que ahí comenzó su declive porque una sinestesia músical sin emoción es muerte. Supongo que—y aquí vino el insight—  una sinestesia es antidisociativa por definición.

Entradas populares de este blog

Texto para nadie

¿Qué sentido tiene continuar? Podría hacer una enorme bola de papel con todos los escritos y encestarlos en la basura, sin importarme que nadie vuelva a encontrarme; y borrar toda huella digital de aquello que una vez fue escrito, pensado, narrado o versado.  Borrar. Toda. Huella.  De principio a fin. Y que nadie sepa dónde me fui, si empecé de cero, me arrepentí o desaparecí para siempre. Que sólo quede la duda sobre mi alter ego y no yo. Y que este texto sea lo último que se supo. Sin despedidas. De nadie a nadie.

Sobre el paso del tiempo (pretérito cero: sabor música; parte IV, final)

No seré yo quien culmine esta obra abierta en su omisión. No seré yo pero seré yo en esta aporía ensayo de una meta-canción Que nunca seré ella, ni nunca yo, quienes escribimos esta oscura tiniebla de sangre y pasión: sino ambos, música, tributos de nuestra adoración. ℵ, diciembre, 2024 No todo lo personal trasciende durante la escritura, aunque siempre dejemos huellas escondidas entre letras. Tampoco todo lo virtual trasciende: lo que está en este texto, para el lector, será una suposición, un podría colocado al lado de la omisión, donde las piezas faltantes serán de carácter reservado, bien para mí, o bien para ella; en los que ella puede ser cualquier fragmento del texto o todo junto, y ella será la que sepa encontrarse, aquí, perdida, navegando su tormenta—o nuestra tormenta—. Los patrones pueden contar historias pero no todas las historias esconden una lección—o una canción—; y sí, todas las historias cuentan historias, porque son lo que son; las fech...

La mitología (Parte I)

Todo esto es un ejercicio mitológico sobre arrastrar cadáveres lo más lejos (¿in?)imaginable, y allá, dejarlos caer, en el transcurrir del final de los tiempos, término del trayecto, donde reside un abismo, en el que una leyenda sumergirá a la otra en océanos sin fondo, sin tiempo y sin latidos. Así que es, también, una epopeya entre dos leyendas. Y una batalla sin destino. [English version] Recita Música, que su alma es musa. Canta Musa, que (tu) alma será música. “Guerra traes y abismos serán (tu) eco: caídas de  Nuncas Sobrevives , laberintos de eternas melodías.” Poema .- Leyenda Música, ℵ Versos alevosos lanzados contra los muros de Troya. Lanzas de estrellas; ciclones de tormenta de fortalezas inundadas. Arcos de arena. Flores sin vida de almas sin cuerpo. Albas de flechas. Armaduras vacías. Fuegos sin danzas. Corazón es tu escudo, impenetrable; y frágil escudo de corazón; el tuyo. Es muerte la que dejas, y tu muerte la que pospones; leyenda de tus desiertos: corazón de torre...