Fue un extraño fenómeno atmósferico, violento y efímero con rachas de viento de más de 70 kilómetros por hora que en menos de treinta minutos ya eran historia. Algo leyó por ahí. "¿Provocado por ondas gravitacionales? What?", the fuck (off). Tampoco indagó mucho más. Fue anecdótico aunque dió mucho para hablar.
La versión extendida nunca importó. La versión corta, esa, esa siempre sí si sabías que al intelocutor no le importaba la respuesta, "Entonces nada". Mutismo y silencio y que el interior siguiera creciendo exponencialmente hasta encontrar a quién escupirle su pasión oculta.
Y entonces llegó la perplejidad de a quién jamás le importó ninguna de las versiones. Y cierto interés de ella por él, un completo sinsentido como aquella racha de viento.
Sí, todo muy violento.
Historias cortas que acaban antes de poner en la mesa las ondas gravitacionales.
Miau, caricias, un poco de pienso y a seguir leyendo.