No seré yo
quien culmine esta obra
abierta en su omisión.
No seré yo pero seré yo
en esta aporía
ensayo de una meta-canción
Que nunca seré ella, ni nunca yo,
quienes escribimos esta oscura
tiniebla de sangre y pasión:
sino ambos, música, tributos de nuestra adoración.
ℵ, diciembre, 2024
No todo lo personal trasciende durante la escritura, aunque siempre dejemos huellas escondidas entre letras. Tampoco todo lo virtual trasciende: lo que
está en este texto, para el lector, será una suposición, un podría colocado al
lado de la omisión, donde las piezas faltantes serán de carácter reservado,
bien para mí, o bien para ella; en los que ella puede ser cualquier fragmento del
texto o todo junto, y ella será la que sepa encontrarse, aquí,
perdida, navegando su tormenta—o nuestra tormenta—. Los patrones pueden contar historias pero no todas las historias esconden una lección—o una canción—; y sí, todas las historias cuentan historias, porque son lo que son; las fechas—reales— sólo son perfectas acompañantes de aquello cuanto el lector quiera imaginar.
Importante: también lo que está fuera de aquí completaría este ensayo.
Continuando donde lo dejé, con un poema del 22 de noviembre de 2014, iré más atrás para poder avanzar: a mayo, luego a julio, y después a diciembre(ya posterior al poema mencionado)
Tú, insertada en mi pensamiento
seguida por un intransigente abandono
datan el comienzo de un pésimo terremoto.
Ahora, paseo por las calles con vacío
del que me digo no soy dueño,
sino coparticipe de lo que, tal vez, hemos sido.
¿Quién eres? Un misterio
fugaz como lo que transcurre en el universo,
falsamente latente, como lo percibe un humano.
En este paisaje verde que recorro
tras un sendero de vida cautivo,
mientras me observo y divago:
ancla las enseñanzas del tiempo
para que no se las lleve el viento;
y recuérdalas para no acabar en olvido.
ℵiemand, Ancla las enseñanzas del tiempo, 16 de mayo, 2014
El lenguaje de la música no es más que una representación simbólica—o una de sus múltiples posibilidades—de lo qué fue y será recorrido de sus notas músicales hasta componer su melodía. Son potencia y acto: símbolos que podrán ser re-interpretados y que en su acto danzarán sobre el aire en el que existimos. Sin tiempo no hay música, sólo notas; solas.
En el siguiente video puede observarse la música—Sweet Dreams con violín—y sus símbolos sincronizados durante la formación de su melodía:
Este lenguaje puede estar complementado con letras—interpretadas por un vocal—aunque todo
forme parte de la misma composición; que también se puede separar una de la otra y
crear distintas versiones—acústica, stripped, metal, rock, etc.—manteniendo
la esencia de la original. Porque todo arte tiene sus grados de libertad.
El siguiente texto está inspirado en un ángel que le escribía al viento, tenía sinestesia musical y no lo sabía. Por seguir dentro de su contexto, cuando un demonio busca un ángel que le sobreviva, sólo encontrará otro demonio. Ésto es algo que entendí meses después.
“Buscaré la definición de palabra, y sin usarlas, entenderás lo que quiero
decir. Para ello aprenderé música y crearé un punto de contacto entre ambos mundos. Puede parecer una locura más, pero es un signo de pasión; un intento por
comprender el idioma de las notas musicales. Imagino que tocarlas no es lo
mismo que hablarlas. Y ya no imagino sentirlas; la música digo. Intuyo que si
una nota musical se siente, la melodía debe ser aquello que te
recorre.
Ahora lo que me pregunto es: hasta dónde.
Hasta dónde está dispuesto a llegar el demonio en su afán por acariciar un
ángel. O verlo siquiera, tal vez. A él no le vale el más hermoso de la
corte. Todos le arden. Y aquí, en un alarde de fantasía presupone que uno le
sobrevivirá. O eso piensa al postular que todo Elemento tiene su
Antagonista.
Observando las partituras, u oyéndolas, le salta a la vista que dentro de
una melodía están los agudos y los graves. Agudos y graves. Sí. Que cuando
se compenetran es como si hilasen una manta infinita, convirtiendo el ruído
en melodía. Son la imperfección hecha perfección. Son orden en el caos. Y si
somos música, tú, y sólo tú, has de saber muy bien quién eres. Y si no me
crees, espérate a oir el minuto 3:22 de esta misma canción:
Violines elevando la voz de un ángel hasta los altares
mientras me oigo gritar como pocas veces,
Entonces me digo que si yo soy nadie,
tú debes ser todo.
Acaricio tu alma y caes.
O ambos caemos.
Tampoco es que importe.
Hablo de lo imposible.
Allí dónde nunca caes,
yo ardo como siempre;
y, finalmente,
en brazos de nadie,
mueres.
ℵiemand, Ángel, 14 de julio, 2014”
Edición de 2019.- Ese año lo adapté durante su traducción al inglés
con alguna licencia en su modificación:
Ya puntualizada mi perspectiva sobre el medio—el dónde y el cómo viaja el símbolo—, continúo con diciembre de 2014—mes en el que detuve el tiempo y grueso de este ensayo en su parte anterior—. Un medio digital que vive dentro de un
universo interconectado, contiene en su escritura componentes de
instantaneidad y retroactividad. Pero cuando escribimos—máxime en este
medio—podríamos desapercibir que las fechas de publicación no son
importantes, ya que las historias conservan una estructura lineal, donde el
lector puede leer o ver—leerse o verse—en dos marcos temporales distintos a
causa de la linealidad durante su lectura—el cuándo el lector descubre la
historia—. Si el escritor mantiene una linealidad entre historias, está
escribiendo una historia compuesta de subhistorias; y por allá, el nuevo
lector leerá lo que el escritor no supo ver; es más, el lector podría influir
en la siguiente historia. Se convierte en un lector activo, lo que contrasta frente a ser un lector pasivo de un medio clásico como el libro físico, donde la
historia es autocontenida y cerrada.
Sintetizado, el lector y el escritor pueden entrelazarse al ocurrir en un
mismo medio, resultando en una seductora composición cruzada donde ambos podrían intercambiarse con un “te leo y me escribes, me interpretas y
te describo” en la que la modelo, siendo esculpida mientras posa, queja, mueve
y siente; lo hace y hará distinto en su durante—el de la obra—, que es tiempo
sobre el que tallamos sus peculiares dinámicas: la viva representación e
interpretación de su realidad en movimiento.
Primero fue inocente, indoloro,
sin ser consciente de lo que vendría.
Creyó que incendiaba mentes como un juego
en un acto prematuro de rebeldía.
Oh, tus pasos dibujaron caminos
evocados en desconocidos transeúntes.
Y fue entonces cuando la diversión le sonrió
con alguien que comenzó a (a)dorar sus mensajes.
Todo alcanzó la temperatura adecuada
encontrándose ante un camino cíclico:
esas perdiciones ya fueron andadas
y ahora atacan como poseídas por un loco.
Fue entonces cuando la conoció:
a ella, dulce y esperada humillación,
escribiendo el ensayo de una canción
que la condenó a su cárcel por violación.
ℵiemand, Humillación, 14 de diciembre, 2014
Entre la instantaneidad y retroactividad de este medio ocurre la recursividad del suspiro: mientras suspiramos por alguien, otros suspiran por nosotros. El paraíso sólo fue lugar para dos; uno si ella es la fantasía del artista—siendo su musa y tentación—. Escribimos sin consecuencias y terminamos provocando lo inesperado: que la ironía puede ser desde la más leve hasta la más exponencial y salvaje; la tuya y la de ella. Y tú estabas construyendo tu propia cárcel—de letras—mientras le mentías a otra diciendo que fue aquella quién te lanzó a tu abismo, cuando la que te culminó fue la última en llegar—y todavía no lo sabías.
“Seré claro, ella se difuminó como sólo hacen los sueños: en el mejor
momento.
Creo que fue allí, en plena guerra por llevar razón, cuando ella me lanzó
al vacío. Oh, tú, sí, ahora no hay día en el que caiga y yerre varias veces.
Mi orgullo, mi soberbia, mi seguridad, mi yo, puedo decir que eras tú.
Fuiste mi ego. ¡Y lucho por mi ego!
Me condenas a reservarte un hueco para el que ni yo mismo tengo lugar; tú,
si tú, que se define bajo una narrativa similar. Te intenté encerrar en una
cárcel ficticia, construida con deleite en cada uno de tus sueños, siendo
tus ideas fuertes y bellos pilares; tallados como tú. Reconozco que entre
tanta ambición me olvíde de mí. Y fue en lo más alto, terminando la cúspide,
cuando resbalé y caí en tu trampa: el vacío. Fue una traición de la que no
te culpo. Eras mi trampa. Y ahora yo soy la tuya.
¿Cómo te sientes siendo el resultado de tu propio espectáculo?—te oí
clamar mientras recorría el abismo, siendo tu eco mi nuevo acompañante— tú
eres peor que yo, y por eso te dejé rozarme, para que aprendieses la
lección: que somos desgraciadamente parecidos. Ahora cae, ámame en silencio y aprende de tu orgullo. Si es que
puedes—sentenciaste.”
ℵiemand, La cárcel, 23 de Junio, 2015
Qué complicada es la conquista en el amor cuando tienes que diferenciar entre estrategia y táctica; o peor: cuando la definición empieza a parecerte un sistema complejo. Pero, ¿y lo divertido que es narrarla, a ella? O a lo que uno piense. Ahí está la pasión, en el durante.
En este momento de la lectura, tú, lector de este ensayo, tendrá su propia
interpretación de lo que podría haber estado ocurriendo. Pero no vayas tan rápido.
Faltan piezas y existieron otros medios, distintos a éste, donde también ocurrió la acción. Además,
por entonces, al que le faltaban piezas era a éste escritor, yo, que
había construido, sin saberlo, una especie de profecía autocumplida que ya le
estaba ocurriendo cuando alguien, por fin, supo cómo asomarse a éste abismo
literario.
¿De qué color es la tristeza?
Del color de las emociones:
de tu último resbalón,
o del último sueño que quebró.
Que sé yo,
un hombre más,
un arrebato perdido;
o un disfraz de lo no-suyo.
Una nada incomprendida,
un sueño, una realidad,
un poema asonante caótico,
O una mentira versada.
Sí,
tú,
yo,
y nunca.
ℵiemand, Nunca, 7 de Marzo, 2015
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Primeros dibujos, 2015 |
Cuando uno aprende el arte de la escritura, va probando distintos géneros, y en 2015 decidí darle un toque erótico usando canciones sensuales* para arropar
textos de otra índole con el fin de erotizar las ideas.
* Nunca he leído ni visto Cincuenta Sombras de Grey, de hecho, tampoco sé de que va, pero me gustó la OST.
Puede sorprender que este texto, habiendo adquirido tintes filosóficos, pueda
acabar en su parte final explorando el erotismo y la seducción con una lección
inolvidable: que siendo la escritura distinta de la lectura, ambas pueden
atraparte: a tí, a mí o otros tantos.
“Espera.
Uf; desazón.
Una muerte más.
Y es que hay un infierno que lo abarca todo: la estupidez. El humano es su propia oda, incapaz de entenderse en macrocolectivos, siempre sumido en su propio egoísmo, empeñado en que su vaso desborde y ahogue a su especie. No. Nunca hubo esperanza más allá de la ficción. Esta distopía se me atraganta y bebo a toda prisa para no ser su próxima víctima.
Cuestiono
mis premisas, abordadas desde mis primeros año de vida. Reflexiono; bebo y
evacuo. Lo tóxico aumenta. El cielo se oscurece y me miro al espejo: los años
transcurren. Caminas hacia tu muerte, como todos, como nadie, como nada.
¿Qué
fue del poso? El vaso se llena más rápido de lo que digieres. Y mueres.
Como
era lógico.”
ℵiemand, La muerte del criterio, 12 de Marzo, 2015
Durante la composición nos entrelazamos: leemos y escribimos fuera y dentro de
sí, eclipsando al que sólo sabe (d)escribir el dentro de sí. No hay márgenes
cuando dos símbolos de distinta naturaleza se mezclan, siendo palabras que
bailarán con el fin de desprenderse del papel.
También podría atreverme y definir la meta-composición como aquella donde distintos
artistas se entrelazan—entrelazan su arte—siendo una bella coincidencia.
Amor,
nunca te encontré.
Ensoñada, me perdí,
y en la nada, te hallé.
En la cima del caos,
lejos, entre montañas,
sondeando tu propio abismo.
¿Acaso no me oyes gritar?
No soy el murmullo de tu eco,
sino una mujer que debes salvar.
¡Ay! Pero no existes,
mi voz se ahoga,
y entre tinieblas,
siempre,
tú,
desapareces.
Maldita seas.
ℵiemand, Agonía, 14 de Marzo, 2015
Y, entonces, ya estaba sucediendo la complicidad de quién menos esperabas: la conflagración
de lo que no supiste ver, pero sí escribir, y que ahora danzaría sobre ti. No lo
niego, el caos siempre fue la parte práctica y artística de la teoría; la
demostración, el fuego; el viento, el lienzo en blanco. Y aquello fue arte sobre
fuego sobre viento sobre espirales.
Ser sorprendido por tu propia escritura es la ironía de ser devorado por tu
misma provocación. Escribir sobre nuestros deseos es suspirar por el objeto de
deseo, sin importar si estos son inalcanzables. Diseñar un texto sobre él es
la erótica de un deseo fantasioso; un quiero ser engullido—por ti y por tu arte, ¡por favor!
“Te encuentras, de nuevo, ante las últimas intermitencias de un cigarro que se
extingue. Dices ser fuego, o al menos, tus recuerdos. Las ascuas se
encienden y son absorbidas por una presión que dirige su muerte a tus
pulmones. Humo. Qué extraño es todo cuando ves una metáfora en cada situación.
Una lección: la percepción es como un cigarro que, tras consumirse, se
convierte en el humo de la memoria. Volátil.
Piensas demasiado y te consumes. Creo que me olvidé de que esta etapa de la
vida era un cigarro. Uno más. Pellizco el filtro con los dedo pulgar y corazón
y lo catapulto lejos, al vacío.
Joder. Todo era una ironía. Otra lección. Una más.”
ℵiemand, Ironía, 4 de Abril, 2015
Sólo un artista conoce la naturaleza de otro artista. Y no siempre, porque no es suficiente ser equivalentes, es necesario que sus almas compartan composición. Dos artistas de la misma naturaleza son mutuamente ignífugos.
Contigo, a la guerra; siempre. “Designios:
Los enamorados dicen tonterías y sellan una alianza.
Los apasionados se provocan y juegan a la guerra.
Los cobardes pretenden y nunca se arriesgan.
Ten cuidado con la pareja
de baile que eliges o acabarás perdiendo la batalla y a ti mismo.”, ℵ, 2024
“Soy muy distraído, sí, pero porque vivo en constante evocación. Es una ruptura transversal con el flujo de información que percibimos. Nunca vas paralelo al tiempo, sino a tus pensamientos. Es una inmersión total. Es vivir saltando impulsivamente por todo tu ser. Conocerte por trozos, nunca globalmente:
Un olor externo; y un recuerdo. Un pensamiento ajeno; y sus mil ideas me
atropellan. Un ruido; y un cambio de contexto respecto a lo que pensaba. Una
emoción;y un agobio. Una creación; y un principio de armonía.
Finalizarla; y retornar al caos.
Si alguno supiera lo que supone vivir así se pensaría dos veces el desear ser
como yo. Porque sólo los estimulantes pueden desacelecerar esta forma de ser o
pensar. Pero, ¿a quién le gusta experimentar otra forma de percibir el mundo
cuando estás tan acostumbrado a ti mismo? A nadie. Sólo nos conocemos por como hemos experimentado la vida, somos la pura empatía de
nuestro ego. Y a mí me encanta como soy: impulsivo, distraído, soñador,
creativo, procrastinador y una bala perdida a la que más le vale encontrarse
pronto.”
ℵiemand, Ser yo, 5 de Abril, 2015
Quién te quiere te busca y siempre te encuentra; también tiene algo más que
opinión sobre ti. A partir de ahí, se puede empezar a definir la ternura,
nunca antes. Erótico es no estar deámbulando entre el ruido. Erotismo es saber muy bien en lo que se está mientras se inhibe el ruido.
“Cuando pasas una hoja, sientes como ésta crepita. Crepita como un fuego
incesante que va consumiendo, hoja tras hoja, una historia que va siendo
orquestada en el cerebro del lector. Este fenómeno es algo, que al menos a mí,
me resulta cuasi obsesivo: transformar un texto inerte, potencia, en un acto
imaginado. Hablo de hacer crepitar la realidad.
¿No es esto el mayor acto de soberbia al que pueda aspirar un ser humano?
Por eso ella asoma sus zarpas a tu pensamiento, a tu propia línea editorial,
buscando un hueco en la historia. O no. Busca ser la protagonista principal.
No me amenace con juegos de amor—le dices con tono amenazante—o arderá bajo mi
propia inquisición. Porque en mi narrativa soy dios y puedo demostrarte que
los escritos son funciones inyectivas, ¡qué complejo más grande éste!
Entonces naufrago y mi personaje principal empieza a parecerse a ti, ¿por qué
esta biyectividad? Perdona, es la pregunta de rigor. Y si no sabes
contestarla, querida, es porque tu personaje ya ardió. No puedes hacerme
bailar como al resto. Tu disco está rayando su propia defunción y empieza a
cantar un: you can't predict me; love.
O miento. Como todo escritor.”
ℵiemand, Narrador, 17 de Abril, 2015
El deseo y la pasión tienen componentes de inevitabilidad. Poético es que
no haya marco temporal para su desenlace porque este pertenezca a la fecha a
la que decidan viajar: juntos y desnudos en una plataforma que permite los
viajes en el tiempo sabiendo que, desde ahí, el destino ya se estaba escribiendo,
sin importar el destino temporal. No lo quieras entender, pero es muy erótico.
“Eran igual de buenos estrategas y estaban bien dotados de intuición. Pero
ella, como mujer, dominaba mejor el juego intuitivo que él. Ambos se
escrutaron al completo nada más conocerse. La primera mirada ya fue el primer
roce; y los diálogos sólo complicaron algo que de por sí empezó mal.
—Deja de tratarme como si fuera estúpida, gilipollas.
—¿Eh? No sé de que me hablas...
Y es que los dos llevaban razón. ¿Entendéis el problema? Ahá, sí: eran rivales
sin entender por qué. Lo único que se sabía es que estaban en constante
guerra. Y que la llevaron demasiado lejos. Sentían celos por sus amistades.
Sí, ellos, que nunca habían sido posesivos, comenzaron a marcar a sus amigos.
«Deja de hablar con mis amigos».
«No son tuyos, no son de nadie».
«Quién se ha creído que es».
«Arrogante».
Musitaban indistintamente entre dientes. Eran iguales, pero se tenían que
llevar mal por guión. Por su propio y arbitrario guión.”
ℵiemand, Doble ego, 19 de abril, 2015
Cuando encuentras en quién menos esperas a alguien capaz de sacar de ti lo
mejor o lo peor, amor u odio, no importa; es pura violencia. Y qué si la rabia
saca la versión más salvaje y espectacular de sí misma, si ahí es cuando nos
define lo que mejor somos: la rabia por sentirnos frágiles y débiles. No es paradójico, son nuestras ambivalencias; y mi mundo real—no virtual—estaba
empezando a agrietarse.
En las relaciones, unas veces descubres qué y quién eres y otras qué y quién no eres.
Lo último suele ocurrir al final del trayecto, cuando lo que permaneces
eres tú. Es como los riesgos silenciosos, que ignoramos cuando queremos—querer, una
palabra en español con más que el siguiente doble significado: amar o apetecer es también querer.
“—Debe existir otra forma.
—No.
—¿Entonces qué sentido tiene todo?
—Ninguno.
—Ya no crees.
—Creo que lo mejor será desaparecer un tiempo. Dejarlo.
—Pues adiós.
Me dijiste hasta el fin; hasta encontrar las respuestas. Me dijiste tanto que
tras abandonarme lo entendí: fui yo quién dejó de creer y no tú. Pero ya no
estás. Intento no culparme pero no es fácil reconstruirse. Erré en toda y cada una de
mis premisas que callo, por orgullo, por no mostrar jamás debilidad. Por estar
programado para avanzar y nunca mirar atrás. Esta autoprotección me convirtió
en un monstruo que, ahora, a solas, juzgo con crueldad.
Lo de autodestruirme nunca fue conmigo pero a veces es necesario para
recapacitar, observar y reflexionar. Bien. Por eso lo vuelvo a hacer. He
vuelto a ser yo y busco con desesperación todas las preguntas que dejamos sin
resolver. Ya sabes, acabar con el misterio y buscarle una explicación a todo.
Renegarte a ser absorbido por lo supuesto y por lo evidente. Y aquí estoy:
mirando en mi propio abismo, de nuevo, repitiendo viejos vicios pero
recordando quién soy: yo.
Te vuelvo a buscar sembrando el caos, dirigiéndolo hasta su epicentro, que siempre
fue la clave, el dilema y la solución. Las brújulas enloquecieron y me
llevaron a esa oscuridad que tanto temía. Ahora asoma un rayo de luz y la
oscuridad se expande dentro de sí, como si estuviese ante un agujero negro.
Y comienza el terremoto. ¿Dónde estás que no te siento? Entonces lo hago de
mil formas distintas, mi mayor virtud, y te oigo gritándome que esta vez lo
hagamos eterno para que nadie se pierda jamás.
Saco mis mejores armas y construyo una gran 'X'.
—¡Lo tengo!
—Resolviste tu existencia, pero yo ya no soy quién era—dijiste con las
mejillas inundadas en lágrimas. Tardaste demasiado—nos sentenciaste.
Y aunque sé lo que significa, comprendo que mi guerra te superó. Y que fui
totalmente injusto con quien tuve que acompañar siempre.
«Nos abandonamos para sobrevivirnos. Para existir.»”
ℵiemand, Existir, 22 de Abril de 2015
Muriendo en mi realidad, húbeme aquí donde todas querían ser ella sin que ella estuviera definida. Ayer, ella no existía,
y todos querían serla, hoy sí podría estar definida e, igualmente, todas
quieren volver a ser ella. Si huyes para escribirle a Nadie, puede que por el
camino encuentres a tu propio doppelgänger: todas queriendo ser ella y ella,
al fin, emergiendo sobre tu propio caos. Existiendo.
Imagina dividir un alma en dos
como si un dios separase
el cielo en uno
y el mar
en dos:
nueva
viejo
Reina
Rey.
ℵiemand
Doppelgänger
22 de junio, 2015
Me he pasado 9 años culpándome por algo de lo que hoy ya no me arrepiento. Si
no hubiera escrito, si no hubiese guardado los escritos tras
borrarlos, hoy estarían perdidos. Si nunca me hubiera atrevido a mirarlos, este ensayo no habría sucedido.
Olvidaste lo importante:
su dulzura, sus labios,
y su gesto sonriente
ahora ocultos tras tus manos
empapadas en sangre,
temblorosas por sus gritos
que pronto olvidaste.
Fue entonces
cuando comprendiste
que hay derrota
en el interior
de la victoria;.
y que ganar y perder
juntos, a la vez,
es posible.
ℵiemand, Sangre, 1 de julio, 2015
“La vida, las comas y los puntos. Lo seguido, lo plasmado y la tinta corrida.
Aquí tienes lo inabarcable capturado: no era más que ruido torsionando el papel.
¿Que qué hay de mí? Pues las preguntas se me acumulan y empiezo a sentir como
la marea me ha ido empujando hacia la cresta de la ola. ¿Preparado para caer?
Siempre. Se acercan turbulencias y recuerdo que la acción es el haz y el envés de este adicto al riesgo.
Allá vamos, sin rumbo, sin dirección pero capitaneando mi propia locura.
Después de todo, nada es nuevo. Sí, tanto para decir que ya era de pensar en
proyectos nuevos.
Al carajo.”
ℵiemand, Nuevos Proyectos, 31 de julio de 2015
Un día te levantas y percibes al otro/a como un subconjunto pequeñísimo de ti mismo. Aquellos días descubrí que algo ya había acabado con estrépito. Si fueramos
libros, el nuestro ya había terminado. Si hubiesemos sido complicidad, si los dos hubiéramos sido música, todo habría sido distinto.
Empecemos;
por el principio,
por la nada
o por ti,
dibujando colores
con música.
¿Lo sientes?
Es el viento retorciéndose
sobre sí mismo
y sobre tu pelo, que,
como una nota revoltosa,
navega el mar,
erosionando el caos
hasta tornarlo en pulsión.
Por eso la sientes;
y por eso, ella,
te baila.
ℵiemand, Música
6 de julio, 2015
Sigo omitiendo(te) pero sigo escribiendo sobre una historia pasada para reconstruir su historia:
“Y si deja de llover todo deja de tener sentido. ¿Sabes? Todo es temporal.
Cada lenguaje, cada pensamiento, cada código, cada momento compartido, todo es
temporal. Es puro contexto.” - ℵ,La metáfora perdida, 2017
El que omite arbitrariamente, éste, yo, aquí, sabe muy bien lo que hace: está diluyendo el
contexto dentro y en trozos de papel. Si el resto del texto suena inconexo, habré conseguido mi objetivo.
caza como águila, mujer;
ama en silencio, tú.
¿Y qué?
Si tú eres música
y la música es tu guía,
tu destino ha de ser radiante.
Pero ni el destino existe,
ni el vacío es lugar
para una caída abismal.
O vuelas o mueres,
demonio musical.
ℵiemand, Música Incompleta
12 de julio, 2015
Mientras seducimos, nos seducen. Mientras somos seducidos, podríamos olvidar el objeto de deseo. Incluso podríamos olvidarnos de nosotros mismos.
“Dibujar es desnudar un lienzo en blanco—en modo poético.
Dibujar es desnudar un cuerpo—en modo erótico.
Dibujar es comprender la anatomía y el material—en modo ingeniero.” - ℵ, 2024
Escribir no es tan distinto. Lo sé ahora que he experimentado con ambas artes.
Era el background perfecto para tu mejor historia.
Era épica romántica dibujada sobre viento.
Era, pues, ella: oscuridad, narcisismo y caos
de una voz en off que no podría detener jamás.
¿Por qué huyes, escritor?
¿Por qué temes? ¡Poeta!
Por qué yo, por qué tinieblas,
por qué un juego, por qué jamás.
Quita ese espejo, bórrame de este reflejo,
esto no iba sobre ti y jamás sobre mí.
Reflejarte es verme vivir y morir.
Y ya es tarde para los dos, maldición.
Cuando te ojeé, oculta tras la penumbra,
te supe doppelgänger de un poema
que todavía no pudiste escribir.
Y conociendo tu miedo, sé, lo haré yo por ti.
(¡No!)(Sí)
(¡Basta!)(Nunca)
ℵiemand (ℵiemand)
Tú: tu dibujo, 2 de Agosto, 2015
Sólo dos demonios pueden hacer converger su fuego e incendiar todo su entorno; y sólo ellos saldrán indemnes.
“Es la vida la que me hace ser destructivo—sería nuestra justificación del
acto.
Es lo destructivo lo que me da la vida—sería la puesta en escena de nuestra
actitud.” - ℵ, 2024
Erótico es la pasión que va
incendiando nuestras mentes y nuestros cuerpos. Es la última conflagración entre dos pasiones que se enfrentan; que no—se—quieren, pero se encuentran en la provocación.
Como la última gota del cielo
caída por accidente sobre un charco;
así fuiste.
Diluida en océano de terromotos
que resucitaron bestias de alta mar;
así saludaste.
Estrellando olas en los límites de la superficie
despertando la oscuridad del bosque;
así sonreíste.
Y como una historia mal narrada,
en la papelera acabaste—sonreí.
ℵiemand, Tsunami, 30 de Agosto, 2015
No supe verte venir; no supe como capturarte; no supe como desecharte; como tampoco supe nada entonces. Pero
me enseñaste la lección de mi vida: que nos entrelazamos para existir y nos abandonamos hasta morir. Y me encerraste dentro de mi propio relato. Tú sí que fuiste música y una bellísima destrucción que me cambió para siempre mientras escribía, con empeño y tesón, versos en mis tinieblas, deseando hacer crecer una rosa en el infierno, que me quemó y me salvó de mi mismo; gracias: Música.
Un, dos, tres,
luz tenue oscureciéndose;
cuatro, cinco, seis,
tus ojos destruyéndome;
siete, ocho, nueve,
entiérrame esta noche.
Bajo lirios escondidos
tras víperas pupilas
que en cada parpadeo
me hicieron suspirar por el olor
de tus temibles pensamientos.
¿cuántos hombres sucumbieron?
Tú, viuda negra, no te acerques más,
que no quisiera que el olor
de un lirio enloquecido
truncase mi alma.
Tarde, hermoso, fatídico,
(nueve, ocho, siete)
es el olor
(seis, cinco, cuatro)
de un lirio
(tres, dos, uno)
que me destruyó.
ℵiemand, Oscura, 9 de Agosto, 2015
Y dos reflexiones finales.
Una filosófica: hay tantos juegos como historias pero más perspectivas que ‘almas’; porque un ‘alma’ tiene varias perspectivas. Y la tuya es la que permanece
escrita. Tampoco sé si soy la misma persona aunque todavía no me desconozca. Revertido el dolor, revertido el tiempo, ahora mi flecha temporal apunta hacia adelante.
Otra sobre tempestades: ‘Toda la guerra hago la guerra. Toda la guerra escribo. Palabra por palabra yo
escribo la guerra. Ir al amor o hacerte la guerra, guerra que te hace el amor, amor que va a la
guerra.’ - ℵ, 2024
Acabo este interminable ensayo dirigiéndome hacia la pregunta, siendo también duda, para convertirla en palabra: la estrella no busca ser estrella, es durante su accidente cuando muta en símbolo, palabra en la que se encontrará a sí misma;
su nombre: estrella.
Y lo sello con esta hermosa canción que bien podría representar el broche de una época épica y salvaje:
Que nunca seré ella, ni nunca yo,
quienes escribimos esta oscura
tiniebla de sangre y pasión:
sino ambos, música, tributos de nuestra adoración.
ℵ, diciembre, 2024